Por qué no hay que sacar un diente de leche de cuajo cuando se mueve
Leíamos y veíamos sorprendidos en la clínica hace unos días cómo se ha hecho viral un vídeo en el que unos padres intentan sacar un diente de leche a su hijo con el prehistórico método del hilo atado al pomo de la puerta. El niño lógicamente llora desesperado y asustado ante la perspectiva de que le duela. Los padres haciendo bromas intentaban calmarle, aunque sin renunciar a la idea. Su hermano pequeño, que asiste a la escena, decide cortar por lo sano e intercepta el hilo. Resultado: el diente de leche acaba en la alfombra.
La verdad es que gracia, lo que se dice gracia tiene más bien poca si pensamos en el mal rato del chaval al que posiblemente le queden más dientes de leche por caer con un recuerdo no demasiado agradable que puede derivar en una odontofobia. Sobre el método, mejor ni hablamos. Para las pelis de rudos vaqueros, puede estar bien. Para el siglo XXI, totalmente fuera de lugar.
En cualquier caso, el vídeo y la información asociada nos ha llevado a plantearnos la pregunta: ¿es necesario arrancar un diente de leche así, de cuajo? La respuesta es no. De hecho es absolutamente innecesario. Los dientes tienen un orden de salida y caída que conviene respetar para que los dientes definitivos broten correctamente. Un diente de leche que cae antes de lo debido o se extrae abruptamente puede significar un diente definitivo torcido. De hecho, cuando un diente de leche desaparece antes de lo debido, es necesario acudir a la clínica para evaluar si es necesario colocar un mantenedor de espacio. De esta manera, la pieza dental definitiva saldrá correctamente.
¿Notas que a tu peque se le mueve un diente de leche? ¿Te lo dice él insistentemente porque sabe que vendrá el Ratoncito Pérez? Te damos algunas pautas para que la caída sea un proceso natural, indoloro y sin sufrimiento alguno.Deja que la naturaleza haga su trabajo. Si el diente de leche está sano, no ha recibido un golpe o tiene caries, es mejor respetar los tiempos naturales y no forzar el proceso. Insistimos en que los dientes de leche son la guía para los definitivos. Esta es su función fundamental, además de permitirnos ingerir y masticar poco a poco alimentos más duros y variados, necesarios para un normal desarrollo y crecimiento en la infancia. Ven a vernos si tu peque refiere dolor o crees que algo no anda bien. Igual que existen pediatras en la medicina general, en las consultas de Odontología es ya habitual que los menores cuenten con atención profesional especializada en el desarrollo dental en la infancia y adolescencia.
Los odontopediatras son los profesionales encargados de ganarse la confianza de los más pequeño y su trato es mucho más cercano y sensible. Si observas los dientes de tu hijo/a y crees que algo no anda bien (encías enrojecidas o hinchadas, dientes de leche que comienzan a moverse antes de tiempo, manchas blancas o marrones, pequeñas fracturas) ven a vernos, aunque lo ideal es que no esperes a que ocurra algo y comiences las revisiones dentales durante el primer año de vida. Recuerda que estamos adscritos al programa PADI, dependiente del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco y Osakidetza. Esta iniciativa garantiza la salud bucodental de los niños en las edades más determinantes para desarrollar una buena dentición definitiva. Todos los niños y niñas con edades comprendidas entre los 7 y 15 años disfrutan así de una completa revisión dental, cuidados preventivos y tratamientos reparadores como empastes, sellados de fisuras y restauraciones de dientes fracturados.
No dejes que tu hijo/a se mueva los dientes con los dedos. A veces los niños están deseando que llegue el Ratoncito Pérez y tienen cierta ansiedad y prisa porque el diente caiga. No es raro que intenten mover el diente con los dedos. Sin embargo, los dedos suelen estar en contacto con bacterias y suciedad. Procura que no lo hagan y tengan paciencia hasta que el momento llegue. La lengua puede ser un buen ayudante. La lengua es muy sensible y puede ayudar mucho mejor que los dedos a mover un diente de leche que se está tambaleando. De una manera suave y poco a poco, suele ser el ‘instrumento’ perfecto para que un diente de leche salga de forma no traumática, es decir, de manera natural y con muy poco sangrado.
No les generes grandes expectativas con respecto al regalo del Ratoncito Pérez. Cuanto más grande y apetecible sea el regalo que les traerá el Ratoncito Pérez, más ganas tendrán de perder de vista el diente de leche en cuestión. No es que queramos decirte lo que tienes que hacer, pero esta tradición es un detalle, no una celebración en sí misma. El sangrado abundante no es habitual. La pérdida de los dientes de leche no suele generar grandes problemas. Sangrar abundantemente, por tanto, no es lo más habitual. Si esto ocurre, pon una gasa limpia en la zona y acude a vernos de inmediato.
También te aconsejamos consultarnos si el diente en cuestión se mueve pero, pasados dos o tres meses, no se ha caído de manera natural. Te recordamos el calendario de dentición infantil para que manejes los tiempos generales y puedas valorar si hay algo fuera.